07.07.2014
Media

Anónimo

No he hablado sobre mi aborto con nadie durante un largo tiempo y alguna vez solamente con mi mejor amiga y mi marido. No es que haya evitado hablar sobre esto; es que nunca encaja en ninguna conversación.

Mi esposo y yo habíamos decidido no tener hijos. Pero mientras tomaba unos medicamentos para un problema ginecológico y pensaba que no podía quedar embarazada, tuvimos sexo, no nos cuidamos y quedé embarazada. El medicamento estaba contraindicado para mujeres embarazadas ya que se sabía que causaba defectos de nacimiento. Por las dos decisiones que mencioné antes, decidí terminar con mi embarazo. Nunca tuvimos ningún tipo de dudas. No he extrañado al bebé que hubiese sido. Durante el corto embarazo, me sentí bien, sin malestar matutino y parecía estar todo bien.
Me hice el aborto tan pronto como pude después de que me enteré de que estaba embarazada. Esto fue en la década de 1970, después de Roe v. Wade. Fue fácil y dignificante realizarme el procedimiento. Desearía eso para todas las mujeres y niñas.
Nunca tuve hijos u otro embarazo.