01.08.2014
Media

Anónimo

Antes de Roe v. Wade, mi aborto fue algo muy privado y secreto.

Tuve suerte. Me puse en contacto con un verdadero centro de abortos dirigido por parteras que obviamente tenían conexiones con alguien que suministraba medicamentos que aceleraban el proceso y peleaban contra la infección posterior. Conté alrededor de doce mujeres conmigo en la sala de espera en un lúgubre departamento de un segundo piso en una parte horrible de la ciudad. Nos llevaron una tras otra a una habitación con una mesa de operaciones y podías escuchar lo que pasaba con cada procedimiento. Solo me pusieron óxido nitroso durante la operación para disminuir el dolor. Esto fue en 1969, tenía solamente 18 años de edad y era muy peligroso y tenía mucho miedo. Pero no tengo arrepentimientos.